Pidió ayuda con los ojos de manera frenética, pero los transeúntes lo ignoraron. Sin embargo, tan pronto como se dio cuenta, un equipo de rescatistas intervino. Cuidó excelentemente al Golden Retriever, haciendo todo lo posible para brindarle la asistencia física y moral que necesitaba. A pesar de su mala salud, los voluntarios se tomaron en serio su destino.
No sólo era mayor, sino que también tenía varios problemas de salud. Estaban especialmente preocupados por sus patas traseras: sabían que tenían algo y llevaron al perro a una clínica veterinaria para tener un cuadro más completo. Tras las inspecciones realizadas por el equipo médico, sería posible tener un panorama general de su estado.
Desafortunadamente, los peores temores resultaron ser ciertos: el Golden Retriever tenía cáncer. Cuando se acabó el tiempo, los médicos hicieron todo lo posible para mantenerlo lo más cómodo posible. Un poco de amor le animaría a afrontar los obstáculos con valentía y tenacidad.
Los tratamientos a los que se sometió le permitieron recuperar la confianza en las personas. Mejoró notablemente a lo largo de las semanas. Su expresión había cambiado de triste a alegre. A diferencia de nosotros, nuestros leales amigos de cuatro patas no necesitan mucho: sólo amor.
El dueño anterior lo había abandonado cuando necesitaba devolverle el amor absoluto que el Golden Retriever le había brindado a lo largo de los años. Afortunadamente, hay personas a las que les mueven emociones positivas: una familia decidió darle una segunda oportunidad.
Pasó un año de su vida con sus nuevos padres adoptivos, lo que también fue conmemorado con varias fotografías. Pero la enfermedad reapareció y ni siquiera el espíritu inquebrantable del perro pudo rescatarlo. Incluso ponerse de pie se había vuelto imposible y sus dueños tuvieron que despedirse después de ser llevado a la clínica.
Mientras cerraba los ojos, las lágrimas corrían por los rostros de las personas que habían estado a su lado durante los momentos más difíciles. Sin embargo, les consoló el hecho de que habían conseguido que el último tramo valiera la pena.